seleccionados deben dársele poco, uno por uno, alternándoles
para que siempre le resulten novedosos. No olviden que deben ajustarse a la
edad y madurez del niño.
Las personas a cargo de la estimulación deben estar tranquilas y mostrar al
bebé su interés, motivación y alegría (el niño percibe muy bien las reacciones
afectivas y los estados de ánimo de las personas).
El MOMENTO ideal para los juegos de estimulación es cuando el niño está
despierto, tranquilo, alerta y sano.
Aprovechen las situaciones cuando se le alienta, se le baña, se le induce a
dormir, se le cambia y se juega con él. Son las oportunidades más apropiadas
para la estimulación.
La idea principal de la estimulación temprana es poder valerse de la rutina
diaria y convertirla en una situación de juego y disfrute con el niño al estar
conscientes y teniendo claro, que estamos estimulando la inteligencia del niño
y todas sus capacidades a través del amor y el cuidado necesarios.
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